Tercer Capitulo
La cena ya había terminado, Rudolf ya había entregado la mano de su hija en matrimonio a Thomas Kaulitz y al parecer todos eran felices menos Michelle. Los días pasaban y cada vez se acercaba mas el día del matrimonio, Tom solo veía a su prometida cuando Rudolf lo invitaba a cenar. El joven no había cruzado ni una palabra más con Richelle desde la primera vez que la vio en aquel corredor.
Noviembre 12 de 1937
Eran exactamente las once con un minuto de la noche y solo faltaba un día para la boda entre Thomas Kaulitz y Richelle Hess. Tom se encontraba aun despierto por la ansiedad, solo pensaba en que en unas horas mas Richelle sería completamente suya, lo único que le preocupaba un poco era la personalidad de su futura esposa, ya que al parecer no era fácil.
Al día siguiente todos en la casa Hess se encontraban corriendo de un lado para otro, se podía ver a los empleados trabajar el doble ya que Rudolf quería que saliera todo perfecto.
Mientras Richelle se encontraba en su habitación acompañada de una modista la cual le estaba colocando el hermoso vestido blanco de seda acompañado por las joyas más caras de toda Alemania y un exquisito perfume que se impregnada en su suave piel.
El novio ya se encontraba en la iglesia junto a todos los invitados a la ceremonia, se podía ver a la pequeña familia Kaulitz,, la familia Hess que era aun más pequeña y a algunas autoridades de aquel gobierno en ese entonces. Tom miraba a cada segundo su reloj, faltaban quince minutos aun, los cuales les parecían eternos. Cuando en eso siente una calidad mano sobre su hombro, era su hermano gemelo Bill.
-Y como te sientes hermano –dijo con un tono de orgullo su gemelo-
-Como tendría que sentirme se supone –dijo algo despistado-
-Bueno, no lo sé –Tom lo interrumpe-
-Te refieres a feliz –sonrió el joven-
-Exacto –rió al no haber sabido que responder-
-Nadie en este instante podría estar más feliz que yo hermanito –Bajo la mirada mientras embozaba una sonrisa de satisfacción-
-Me alegro por ti hermano, voy a saber lo que sientes cuando encuentre al amor de mi vida –un brillo atravesó sus ojos-
-Amor de tu vida – le pregunto el joven algo confundido-
-Por supuesto hermano, acaso crees que me voy a casar con cualquier mujer, quiero buscar a la indicada, ya que con ella pasare el resto de mis días-
Cuando en eso comienzan a sonar las campanas, mientras la música se puede escuchar claramente, Bill regresa lo más rápido posible a su lugar, mientras Tom medita las palabras de su hermano y entra en la cuentas de que el no conoce ni un poco de Richelle, es una completa desconocida para el y el para ella ademas lo peor es que la esta obligando a pasar el resto de sus días con el.
En eso puede ver como Richelle comienza a caminar lentamente del brazo de su padre. La mirada de Tom era de felicidad y se posaba sobre su futura mujer, mientras la de Richelle era de tristeza absoluta.
Thomas se encontraba perdido en sus pensamientos al parecer, ya que no escuchaba para nada la ceremonia, lo único que dijo fue acepto y lo único que escucho fue puede besar a la novia, por lo cual Tomo a Richelle de la cintura y la beso tiernamente en los labios, mientras ella se alejada rápidamente de el.
Pensamientos de Richelle
Esto ya no puede ser peor, me acabo de casar con un asqueroso nazi, el cual estoy segura me va a tratar como esclava, mi vida no puede empeorar, lo único que puedo rescatar de Thomas es el físico ya que al parecer es muy apuesto pero eso no es suficiente.
Todos felicitaron a los recién casados y disfrutaron de la fiesta, ya era de madrugada y por tradición Richelle tenía que dormir con su nuevo esposo, cosa que no le agrado mucho.
-Creo que es hora de dormir, pero no creo que solo dormir es lo que vamos a hacer
- bueno entonces crees mal – lo fulmino con la mirada la joven-
- Eso lo veremos –dijo mirándola de pies a cabeza-
Fueron inmediatamente a su nueva mansión, al entrar Richelle se puso su pijama sin que su nuevo esposo la viera para después meterse lentamente en la cama, mientras tanto Tom entraba a la habitación y se desnudaba en frente de su esposa, las mejillas de Richelle se tornaron rojas y ahí fue cuando se decidió cubrir completamente con las sabanas…
- No me tengas vergüenza, que acaso no te acuerdas de que estamos casados –la miro el joven algo molesto-
- Por mi yo no me hubiera casado contigo-se metió aun mas debajo de las sabanas-
- Que dijiste-le pregunto Tom esta vez mas enojado-
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