Al finalizada la junta tome mis cosas y me dirigí a la salida, cuando veo que Logan discutía con Max, el director de la película. No era una de aquellas personas chismosas, por lo cual seguís mi camino sin prestar atención a su tema de conversación. Al salir al asfalto de la calle note como el cielo se escondía detrás de unas espesas nubes grises. Me apresure a tomar un taxi cuando sentí una gota en mi rostro, era evidente que se acercaba un temporal, estuve cinco, diez, quince minutos esperando que pasara un taxi, pero nada, ya me estaba frustrando y estaba completamente mojada, cuando de un momento a otro siento una chaqueta posarse en mis hombros, mientras volteo y veo a Logan.
-Que estás loca. –Me pregunto sonriendo- te vas a resfriar.
-No me quiero resfriar, es solo que no ha pasado ningún taxi –posaste tu mirada nuevamente en la vía para ver si venia alguna locomoción-
-No te preocupes, yo te llevo –te ofreció amablemente-
-No estás bromeando cierto –tus ojos brillaron.-
-Porque tendría que estarlo –te miro extrañado-
-no, por nada –le sonreíste y lo acompañaste en dirección a su auto-
Ya iban en la autopista en dirección a tu departamento, estabas maravillada con Logan, pensaste que era otra estrella de cine superficial cundo lo conociste en el estudio, pero ahora que se mostraba como era estabas encantada. Lo mirabas y sonreías, de vez en cuando lograba sacarte una risotada. Era muy divertido, pero a la vez maduro y con los pies bien puestos en la tierra, estabas tan feliz en ese momento, cuando lo escuchas decir “llegamos”. Habías perdido la noción del tiempo y des sentido, no te habías dado cuenta de que habían llegado.
-Oh, cierto –un rubor se apodero de tus pálidas mejillas- fue un gusto conocerte Logan
- no me digas Logan, ahora dime Zac –te guiño el ojo, y sonrió- y el gusto fue mío
Cerraste la puerta del auto para que pudiera irse. Dios, el iba a interpretar a Zac. Te confundiste un poco por su repentino cambio de personalidad, no sería bipolar te cuestionaste, pero sacaste esa idea inmediatamente de tu cabeza.
Entraste a tu departamento y sentiste esa soledad que tenias desde que te mudaste para vivir sola. A veces era bueno, pero también había veces que querías a alguien con quien hablar. Sentiste tu estomago crujir, tomaste dirección a la cocina en busca de algo para comer. Te preparaste un sándwich y un café. Luego te dirigiste a la sala de estar y te sentaste en el sofá junto a la estufa. Tomaste el libreto y lo leíste hasta donde pudiste ya que estabas muy cansada. Fuiste al baño por una ducha, ya al salir te colocaste la piyama y prácticamente saltaste a la cama para acurrucarte en ella. Comenzaste a pensar como serie que Logan estuviera a tu lado en ese instante, cada vez que lo recordabas un agradable calor recorría tu cuerpo, no dejabas de pensar en sus azules ojos y esa sonrisa de comercial. Así fue como caíste rendida en los brazos de Morfeo.
Entraste a tu departamento y sentiste esa soledad que tenias desde que te mudaste para vivir sola. A veces era bueno, pero también había veces que querías a alguien con quien hablar. Sentiste tu estomago crujir, tomaste dirección a la cocina en busca de algo para comer. Te preparaste un sándwich y un café. Luego te dirigiste a la sala de estar y te sentaste en el sofá junto a la estufa. Tomaste el libreto y lo leíste hasta donde pudiste ya que estabas muy cansada. Fuiste al baño por una ducha, ya al salir te colocaste la piyama y prácticamente saltaste a la cama para acurrucarte en ella. Comenzaste a pensar como serie que Logan estuviera a tu lado en ese instante, cada vez que lo recordabas un agradable calor recorría tu cuerpo, no dejabas de pensar en sus azules ojos y esa sonrisa de comercial. Así fue como caíste rendida en los brazos de Morfeo.
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